La primera de ellas, de 35 toneladas, se forjó en 1599 bajo el reinado de Borís Godunov y funcionaría durante cincuenta años, hasta que un incendio la dejaría inutilizable. El metal de esta primera campana se rescataría para ser empleado en la forja en 1654 y bajo Alexei I de la segunda Царь-колокол. Con 93 toneladas más de metal, la sucesora alcanzaría las 128 toneladas. Por orden del Zar esta campana se probó antes de su instalación definitiva, de forma que a la vez que tañían todas las campanas de Moscú, se procedió a tañir la colosal Царь-колокол, cuyo tañido se sobrepuso al de todas las campanas de la capital y se oyó a 12 kilómetros de distancia. Sin embargo, quizás por un fallo en su construcción, este tañido de prueba provocó que se rompiera.
Con el metal de la segunda campana, el mismo Alexei I ordenó la forja de una tercera todavía mayor, cuyo peso alcanzaría las 160 toneladas. Aunque se tardaron seis meses en forjarla, se tardarían diez años en instalarla en una estancia especial para probarla y otros diez para instalarla en el campanario de Ivan el Grande. En 1674 estaba ya instalada aunque su uso fue muy limitado, pues su tañido era de una potencia tal que la población debía ser avisada antes de comenzar a sonar, pues las vibraciones que provocaba se asemejaban a un pequeño terremoto. Un incendio en 1701 la hizo caer de su campanario y romperse en pedazos.
Fue Ana la Grande quien en 1730 promovió la construcción de la cuarta Царь-колокол, exhibida hoy en el Kremlin. La obra fue encargada a Ivan Motorin, quien tras cinco años de trabajo, fue incapaz de finalizar la tarea, de forma que su hijo Mijail en 1735 pudo completarla en un único intento. La ornamentación corrió a cargo de V. Kobelev, P. Galkin, P. Kotjev, P. Serebryakov y P. Lukovnikov. La nueva campana, que añadía 88 toneladas de metal al metal de la tercera, pesa 216 toneladas, tiene una altura de 6,14 metros y un diámetro de 6,6 metros.
Sin embargo en 1737, y todavía no instalada, un nuevo incendio, hizo que ardiera todo el andamiaje que se iba a emplear para su instalación, de forma que la madera ardiendo cayó sobre la campana. Los trabajadores y operarios, en un intento de salvar la gigantesca campana, vertieron agua sobre ésta, provocando que el cambio de temperatura agrietara el metal y que finalmente se desprendiera un trozo de 11,5 toneladas.
Durante un siglo, la cuarta Царь-колокол se mantuvo en el lugar en el que se fundió. Hubo intentos infructuosos de moverla en 1792 y 1819, infructuosos como fue el de Napoleón, quien en 1812 durante la ocupación de Moscú, trató de hacerse con ella para llevarla como trofeo a Francia. Finalmente, el arquitecto francés Auguste de Montferrand logró levantarla en 1819 y la colocó en el pedestal de piedra en el que hoy se encuentra, aunque antes se encontraba abierta y era posible entrar dentro a través del agujero de la pieza desprendida -e incluso, dado su tamaño, ha llegado a ser utilizada como capilla-, hoy un cerramiento impide el paso al interior.
Царь-колокол en el s. XIX
Царь-колокол en invierno
Царь-колокол: vista frontal del agujero y de la pieza desprendida
Царь-колокол: vista lateral.
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