Kitezh (Китеж) es una ciudad mítica presente en el folklore ruso situada
bajo las aguas del lago Svetloyar (Светлоя́р),
en la parte norte del oblast de Nizhny Novgorod (Нижегоро́дская о́бласть).
Parece que la primera referencia escrita aparece
en un libro anónimo del s. XVIII, la Crónica de Kitezh (Китежский летописец), obra que se cree surgido en el entorno de los
llamados viejos creyentes (старообрядцев-бегунов). En este libro, se cuenta como el
Gran Príncipe de Vladimir, Yuri II Vsevolodovich (Юрий II Всеволодович - великий князь Владимирский), fundó la ciudad
de Pequeño Kitezh (Малый Китеж) a
orillas del Volga (identificada como un enclave llamado Krasny Kholm o con la
ciudad de Gorodets). Más tarde, el príncipe Yuri II cruzó los ríoos Uzola,
Sanda y Kershenets y a las orillas del lago Svetyolar, encontró un lugar de
gran belleza en el que decidió construir la ciudad de Gran Kitezh (Большой Китеж).
Batu Khan, nieto de Gengis Khan y
fundador de la Horda de Oro invade Rusia, oye hablar de la ciudad de Kitezh y
ordena a su ejército avanzar hacia ella. Toma Pequeño Kitezh obligando al Yuri
II Vsevolodovich a retirarse por los bosques hacia Gran Kitezh. Un prisionero
de los mongoles, revela algunos de los caminos que llevan a Kitezh y la Horda
de Oro pronto llega al lago Svetyolar y a la ciudad. Para la sorpresa de los
mongoles, la ciudad parece carecer de fortificaciones de envergadura y sus
habitantes, en vez de apresurarse a la defensa de la ciudad, se dedican fervientemente
a la oración, rogando a Dios por su salvación. La Horda de Oro ataca pero de
pronto se detiene: comienzan a brotar un sinfín de fuentes alrededor de la
ciudad de las que sale agua con fuerza. Temerosos, los mongoles se repliegan y
observan con horror como la ciudad se sumerge en el lago hasta que solo quedan
olas. Otra versión dice que la ciudad simplemente se desvanece, se hace
invisible y los mongoles se retiran
aterrorizados al ver desaparecer la ciudad mientras que el lago Svetyolar queda
todavía el reflejo de la ciudad desvanecida.
“Ciudad invisible de Kitezh” (Невидимый град Китеж), de Konstantin I. Gorbatov (Константи́н Ива́нович Горба́тов), 1913.
Esta historia ha dado lugar a
algunas obras de arte rusas, destacando la ópera de Sergei N, Vasilenko (Серге́й Ники́форович Василе́нко), “El
cuento de la Gran Ciudad de Kitezh y el lago tranquilo Svetloyar” (Сказание о граде Великом Китеже и тихом
озере Светлояре), de 1902 y sobre todo, la ópera de Nikolai A. Rimsky-Korsakov
(Никола́й Андре́евич Ри́мский-Ко́рсаков)
“La leyenda de la ciudad invisible de Kitezh y la doncella Fevronia” (Сказание о невидимом граде Китеже и деве
Февронии) de 1907. En pintura se podría destacar la “Ciudad de Kitezh en
los bosques” (Град Китеж (В лесах)) de
Мijail В. Нестеров (Михаи́л Васи́льевич
Не́стеров) entre 1917 y 1922 o las de Konstantin I. Gorbatov (Константи́н Ива́нович Горба́тов), “Ciudad
invisible de Kitezh” (Невидимый град
Китеж), de 1913 o “La Ciudad hundida” (Потонувший
город), de 1933.
La ciudad hundida (Потонувший город), Konstantin I. Gorbatov (Константи́н Ива́нович Горба́тов), 1933.
La tradición dice que con el buen tiempo, es posible oír el sonido de las campanas de Kitezh y los himnos de la gente cantando bajos las aguas del Svetyolar, e incluso que las personas más piadosas pueden llegar us edificios y cúpulas e incluso ver las luces de las procesiones religiosas de los habitantes de Kitezh. Para muchos, el lago Svetyolar es un lugar espiritual y de peregrinaje y sus aguas tienen propiedades curativas y salutíferas. Solo aquellos que son puros de corazón y de alma, encontrarán su camino hacia Kitezh, la ciudad invisible, la ciudad sumergida.
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