En verano de 1994, en el distrito Avtozadovsky (Автозаводский район) de Togliatti (Тольятти), al lado de la carretera del Sur, los residentes notaron la presencia de un pastor alemán, observando continuamente los coches que transitaban por la calzada, lanzándose a correr detrás de algunos modelos y colores concretos.
Los vecinos, que lo observaban diariamente, lo alimentaron y
trataron de adoptarlo y construirle una casa, pero el animal se limitaba a
tomar la comida que le era ofrecida y siempre terminaba vigilando la calle
nuevamente.
Su nombre era desconocido, y por su constante vigilancia, la
gente comenzó a llamarlo Верным (Fiel) o Константин (Constantino, nombre derivado del lat. constante) y de ahí su diminutivo, Костя (Kostya).
A tenor de lo que se ha sabido posteriormente, parece que en
ese verano de 1994, el perro viajaba en un coche con su dueño y la hija de
éste (también se dice que fue una pareja joven), cuando tuvieron un grave accidente. La niña murió en el acto, y el dueño,
trasladado a un hospital, murió poco después. El perro sobrevivió y desde ese
momento se dedicó a esperar incansable el retorno de su dueño.
Kostya (Костя) (Bambina)
Durante ocho años, el perro vigiló incansable desde su
lugar la carretera y los coches, sin importar el clima y la estación del año, hasta
su muerte en 2002. Fue encontrado en un bosque cercano, donde, discretamente se retiró al sentir que llegaba su final.
La muerte Kostya, fue un duro golpe para los vecinos, que
erigieron una valla publicitaria con el lema “Псу, научившему нас любви и
преданности” (Al perro que nos enseñó el amor y la devoción), para ser
finalmente sustituida por un monumento. El monumento, llamado “Monumento a la
devoción” (Памятник преданности), consiste en una estatua de Kostya de metro y
medio, sobre un pedestal de la misma altura; alrededor del perro, hay una cinta
que simboliza el camino y al final de ésta, una estrella que representa el alma
del dueño. El escultor, Oleg Klyuev (Олег Клюев) realizó la obra de forma que a
los conductores les parece que gira levemente la cabeza mirando los coches que pasan.
La escultura de Kostya, se ha convertido en un lugar de
visita popular para los recién casados, como un símbolo de fidelidad, creándose
la tradición de frotar la nariz de Kostya como señal de su compromiso y para
asegurar el amor y la devoción.
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